Innovación y Crisis

Comenta Enrique Dans en su blog que la noticia de que Google empezó su andadura en un periodo de crisis no es cierta, y es verdad. Pero ello le da y nos da pie a una discusión más interesante: son buenas las crisis para la innovación?

Yo empecé a buscar trabajo durante la crisis de los 70, era una época de una España teñida de gris (y no sólo porque era el color que usaba la policía), fascista, mediocre, donde ser muy bueno o bueno en algo no importaba mucho porque se buscaba a gente "suficientemente buena" (esto ... no es que haya cambiado mucho ...). Trabajé de casi todo, de camarero también, claro y estuve metido hasta las cejas en política contra la dictadura como muchos otros. Esa era una época donde no había capital disponible, y sin capital, está claro que no, que no hay innovación. 

Sin embargo, esa fue también era la época de Dr. Dobbs, de Compuserve, del nacimiento en definitiva de los primeros PCs y en general de muchos de los momentos más estelares, en cuanto a innovación ser refiere, del mundo de los ordenadores.

Cualquier crisis nos trae un cambio de escenario donde aquellas propuestas que eran válidas antes lo son menos ahora y aquellas que antes se desdeñaban, ahora tienen una oportunidad. De por si, este hecho ya favorece la innovación. 

Pero una crisis también conduce a situaciones donde hay menos propuestas y éstas, si encajan, tienen más oportunidades de desarrollarse. Una crisis presenta, sin embargo, escenarios con más restricciones, pero aunque parezca inaudito, las restricciones son buenas para la innovación (hasta un cierto punto, claro!). 

Por último, hay un elemento que también caracteriza a las crisis, éstas generan necesidad de cambio de aquellas situaciones que ya eran insostenibles o ridículas pero la bonanza permitía mantener. 

Si, una crisis, si no estamos en la sombría España de los 70 y hay talento, algo de capital, mercado  y ambición, supone una oportunidad propicia para la innovación.

Las crisis, pueden ser buenas para la innovación, pero para ello necesitamos una sociedad diametralmente diferente a la que yo me encontré cuando empecé a trabajar, una sociedad donde suficientemente bueno no sea suficiente.